



El vino no es de mis preferidos aunque me gusta. La bodega tiene mucha solera y según te explican trabajan casi como lo hacía mí bisabuelo (cosa que no me acabo de creer, pero bueno).
Tienen un vino blanco de más de 10 años que me encantó.
Y por último, y no por ello menos importante, la chica que nos enseñó la bodega encantadora, amable y sabía de lo que hablaba (aparentemente al menos). Y eso que tuvo que soportar a un chofer de autobus de lo más bobosete que hizo un par de comentarios en plan Torrente y le saco lo menos 1.000 fotos.
Me encantan las mujeres que saben de vinos y conducen coches enormes; creo que estoy enfermo. Solo falta que tuviera un Range Rover.
No hay comentarios:
Publicar un comentario