
Esto es lo que pasa cuando nos empeñamos en negar la evidencia, cuando nos damos cuenta de que los efectos de la sidra en nuestro organismo no son tan estupendos como los anuncios de sidra el gaitero. Nos empezamos a plantear por qué no lo dejamos con aquel último culín de hace 2 horas, el estómago nos pide sopita caliente y nosotros no hemos hecho más que echarle acido bien frío, y eso no es así amiguitos.
Pero bueno son las consecuencias de nuestra mala cabeza.
El personaje de arriba no siempre estuvo con ese aspecto tan cabizbajo antes fue otro:

Y ahora si un foto para que tengáis un buena referencia en vuestras fiestas de praooo!, un buen faro en la niebla, una guía: